¿Por qué Jesús era Jesucristo?
Hace año atrás, siendo apenas un nuevo creyente de Jesucristo, una mujer que estaba testificandole de la salvación de Jesús para la raza humana, me hizo una pregunta que para serle sincero no tenía ni la más mínima idea de cuál era la respuesta. Ella me preguntó por qué a Jesús lo llamaban "Jesucristo" y por qué de ese cambio en su nombre. Lo más fácil y humilde de mi parte hubiese sido decirle que no tenía la respuesta y que la buscaría para aclarar sus dudas. Sin embargo, para "guardar" mi testimonio y de que tenía un "profundo conocimiento" de la Biblia le invente una respuesta, que por su ignorancia a las escrituras bíblicas, fue fácil, convencerla. Después que salí de ese lugar créame que salí un poco perturbado porque sentía que había engañado a esa mujer con la falsa respuesta.
Al tiempo, después de esa oscura experiencia, hice un estudio bíblico en lo referente al nombre de Jesucristo y entendí con exactitud por qué de ese nombre sobre el redentor del mundo. Para explicar de una manera sencilla y lo más claro posible déjeme decirle que antes de que naciera Jesús, en el antiguo testamento, los reyes y sacerdotes eran ungidos con aceite como una señal de ser apartado entre muchos con un cargo o ministerio especial. Normalmente el aceite era derramado sobre la cabeza de quien era apartado y el Espíritu Santo venía a reposar sobre esa persona para capacitarlo a una labor espiritual específica. Por ejemplo, el sacerdote Samuel cuando se le fue presentado el joven David en la casa de su padre Isaí, derramó un aceite, que dicen algunos estudiosos bíblicos el olor duraba hasta treinta días sobre la humanidad de quien era ungido. Desde allí en adelante, dice la Biblia, el Espíritu Santo estuvo sobre este joven pastor de ovejas.
Para ir y explicar con exactitud lo referente a la palabra vamos a la lengua hebrea y griega. La palabra o el término "Mesías" proviene del hebreo mashíaj, que significa "ungido". Y en la lengua griega es khristós el cual también significa "ungido". Fue este término griego en el Nuevo Testamento, el que dio en español la forma de Cristo. Es decir, que la unión de Jesús con Cristo lo que no está diciendo es que Jesús es el ungido o el Mesías que Dios designó como el redentor, no sólo de la nación de Israel, sino de la humanidad de este mundo.
¿EN QUÉ MOMENTO FUE UNGIDO JESÚS?
Como dije anteriormente, normalmente cuando alguien era ungido en el antiguo testamento el Espíritu Santo venía sobre la persona apartada para capacitarlo a una actividad específica. Y esa misma experiencia la vivió Jesús el día en que Juan el Bautista lo sumergió en el río Jordán. Dice las sagradas escrituras que saliendo Jesús del río el Espíritu Santo vino sobre él para ungirlo como el redentor del mundo. Fue allí en ese preciso momento en que Jesús se convierte en JESUCRISTO, es decir, Jesús el ungido, el Mesías.
Por la lectura bíblica se puede notar que para muchos judíos en los tiempo donde Jesús vino a establecer el reino de los cielos sobre la tierra y darse a conocer como el Mesías esperado, Muchos no lo vieron como el ungido que espera la nación de Israel. No hay duda que para conocer a Jesús como Jesucristo sólo viene por una revelación del cielo.
En una oportunidad estando Jesús reunido con sus discípulos le preguntó acerca qué decía la gente a cerca de él. Leamos el pasaje bíblico:
"Cuando Jesús llegó a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a Sus discípulos: "¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?" Y ellos respondieron: "Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; pero otros, Jeremías o alguno de los profetas." "Y ustedes, ¿quién dicen que soy Yo?" les preguntó Jesús. Simón Pedro respondió: "Tú eres el Cristo (el Mesías), el Hijo del Dios viviente." Entonces Jesús le dijo: "Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino Mi Padre que está en los cielos"
Mateo 16:13-17 Versión Nueva biblia para los hispanos
En este pasaje de la Biblia podemos notar que Pedro, bajo una revelación que vino del cielo, pudo reconocer que Jesús era el Mesías, el Cristo enviado por Dios para la salvación de muchos. Esa influencia trajo a Pedro un conocimiento de que su Señor no era solamente Jesús, sino también Jesucristo. Así que, no hay que esperar otro Mesías para el mundo ya que él vino, murió y resucitó y ahora está sentado a la diestra de Dios Padre intercediendo por nosotros. Romanos 8:34
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Hay poder en tu boca
Cuidado con lo que Dices |
Lamentablemente hoy son incontables las personas que continuamente caen en el
error de confesar palabras de maldición y no se dan cuenta que con ese tipo de
declaraciones están acarreando desgracias para sus vidas. Ahora, alguien podría
decir que en su vocabulario no hay ese
tipo de palabras, no obstante, creo que eso es producto del mal concepto que se
tiene de la palabra maldición. Si
estudiamos este término maldición veremos
que maldecir viene del griego kakologeo que
significa hablar mal. (kako, mal; lego, hablar). Así que, maldecir es
simplemente confesar o hablar mal. Ahora, lo contrario de esta palabra maldición
es bendición. ¿Pero que significa esta palabra? Bendición viene del griego eulogia que significa hablar bien. De
esta palabra griega es donde se deriva el término elogio, es decir, usted elogia a alguien cuando habla bien de ella.
Para notar como hay
vidas que suelen hablar mal veamos “inocentes” maldiciones que muchos hablan
sin percatarse de ello. Cuando alguien, por ejemplos, por cualquier motivo no
recuerda un asunto y dice “Es que esa
mente mía no me sirve para nada”, allí esta persona ha incurrido en palabras de
maldición. Otro ejemplo podría ser cuando cualquiera confiesa: “Yo nunca salgo de problemas, pues salgo de
uno y entro en otro”. Allí también
se ha caído en un mal hablar. Un último ejemplo podría ser una madre o un padre
diciéndole a su hijo “Muchacho bruto, eres
un bueno para nada”. ¿Le es familiar ese tipo de confesiones? Puede que
piense que si y que en varias oportunidades le dijeron ese tipo de
MALDICIÓN. Ahora, esto es solo tres
pequeños ejemplos, pero la lista de palabras de maldición podría no terminar. Es
por ello que a nuestro alrededor nos conseguimos infinidad de personas que sus
estilos de vidas son a medias. No han podido remontarse a las alturas de la excelencia por el tipo de maldiciones
(hablar mal) que salen de su boca.
TUS PALABRAS NO SE LA LLEVA EL VIENTO |
He pensado con mucho detenimiento esto del
hablar de las personas y he llegado a la conclusión de que son muchas las que
le dan poca o nada de importancia a este tema de las confesiones. Veo que hay una fuerte y profunda ignorancia de los efectos que tienen nuestras palabras
habladas. Hay una falsa creencia de que las palabras se las lleva el viento.
Sin embargo, si vamos a lo que Dios nos
dice en su palabra, notaremos que las cosas no son así. Las palabras que
pronunciamos cada día van a determinar nuestro estilo de vida en el presente y
en el porvenir.
Si lo ha notado, hay a nuestro alrededor seres
que solo hablan palabras cargadas de enfermedades, quejas e incredulidad. Son
este tipo de personas que no salen de problemas y pareciera que nunca les sucediera algo bueno
que resaltar. Debido a esto sus cuerpos
tienden a ser débiles y con una fuerte
tendencia a las enfermedades debido a las palabras que pronuncian
continuamente. Sus cuerpos reaccionan de acuerdo a lo que sus labios confiesan.
Dijo Santiago, inspirado por el Espíritu Santo, estas palabras:
“... la lengua está entre nuestros miembros y
contamina todo el cuerpo”
Santiago 3:6
LAS PALABRAS PUEDEN ENFERMAR |
¿Notó las palabras todo el cuerpo?
El cuerpo es afectado, para bien o para mal, por las palabras que hablamos. Si
usted confiesa que su cuerpo no sirve
para nada, vaya preparando los servicios de la funeraria porque con unas
palabras de ese tipo no le queda mucha vida. Los médicos han comprobado que
nuestras palabras afectan directamente nuestro cuerpo y nuestro estado de ánimo.
Han explicado que nuestro sistema inmunológico, que son nuestras defensas
naturales, es fortalecido o debilitado por las confesiones que hacemos. Por
ejemplo, si alguien dice: “es que mi
cuerpo está muy viejo, no me sirve para nada y siempre está enfermo”, allí se cumple lo que dice santiago que
nuestra lengua contamina todo el cuerpo y nuestras defensas son debilitadas por
dicha confesión. Ahora sus defensas naturales se fortalecerá cuando usted
confiesa algo como “cada día mi cuerpo
recibe fuerza de Dios y tengo las fuerzas del búfalo”. Si cada mañana usted
se anima y se decide a confesar palabras de este tipo no me extrañaría de que
su cuerpo viva con una salud inquebrantable. Voy a repetirle lo que dijo el
sabio Salomón:
“La muerte y la vida están en poder de la lengua”.
Proverbios 18:21
Aquí en este verso bíblico dice la muerte y la
vida, sin embargo, me atrevería a decir también: la enfermedad y la salud, la
pobreza y la prosperidad están en poder de la lengua.
Si usted desea tener una vida exitosa y
sobresaliente debe obligatoriamente erradicar toda confesión de derrota, de
muerte, de enfermedad y de pobreza de sus labios. Debe acostumbrarse a un
lenguaje Bíblico, un lenguaje que esté de acuerdo con las declaraciones de
Dios. Le aconsejo que cuando esté tentado a pronunciar palabras negativas
cierre su boca y no diga nada o mejor confiese ¡Aleluya estoy en victoria!
Estoy
convencido que la causa por la cual muchas persona, aún Cristianas, viven
enfermos, arruinados y en mediocridad, es producto de las palabras que han
hablado y las que están diciendo hoy.
Viven atados a situaciones difíciles sin saber que son ellos mismos los
que han provocado tales situaciones.
La
Biblia dice: “El que quiere… ver días buenos, refrene su lengua del mal” (1 Pedro 3:10). Te pregunto ¿Quieres ver buenos días
en tu vida? La repuesta está en tu boca.